Una de las cosas que mis lectores a menudo me preguntan es acerca de cómo exactamente puedo viajar cada mes, sobre todo por trabajo, mientras sigue encaminado el negocio y los cuatro niños siguen sus rutinas en casa. Pues bienvenidos a nuestra nueva serie de viajes mensuales, donde recapitulo algunos de los lugares en los que he estado, a la vez que comparto con vosotros algunos de los consejos y trucos que recojo en el camino.
Este mes viajé a Portland, Oregón, para hacer una transmisión en vivo por Facebook con uno de mis clientes, Bob’s Red Mill. Siempre me emociona cuando llego a conocer a uno de mis clientes en persona y por supuesto, ¡visitar sus instalaciones! Ya que mi marido y yo nunca habíamos visitado Portland, decidimos hacer el viaje juntos por unos pocos días. Visitar la costa oeste viajando desde Nueva Orleans es siempre un viaje de día completo, ya que muchos de los lugares a los que viajo no tienen vuelos directos desde Nueva Orleans.
Unos días antes de nuestra partida anunciaron que se esperaba un clima terrible en Portland. Tanto es así, que indicaron que habría una “tormenta de hielo sin precedentes” que, por supuesto, llegó a la zona la noche que arribamos. Cuando aterrizamos, fuimos el último vuelo en llegar al aeropuerto de Portland: todos los otros cientos de vuelos fueron cancelados durante las siguientes 24 horas.
Poco después de aterrizar, Eric y yo cambiamos nuestro coche de alquiler por un vehículo de tracción en las cuatro ruedas y nos dirigimos directamente a la tienda de comestibles, antes de ir a nuestro hospedaje de Airbnb. Sabíamos que si íbamos a ser huéspedes por un día o dos en el apartamento, necesitábamos suministros.
Siempre bromeo diciendo que todo lo que necesito es café y wifi para estar perfectamente a gusto. Y de hecho, encontré una manera creativa para hacer mi café “a prueba de balas” sin una licuadora. ¡Un verdadero triunfo!
La reunión con el cliente y la transmisión en vivo vía Facebook fue un éxito y al volver a casa con nuestra familia nos hizo felices. Dejamos a mis padres a cargo de nuestros niños durante esos cuatro días y ellos siguieron nuestro programa familiar mientras estábamos fuera. Tener un calendario compartido de toda la familia con las actividades de los niños, nos ayuda a mantener a todos informados de lo que sucede a diario.
Poco después, volé a Nueva York sola durante cuatro días llenos de reuniones de trabajo. Lo que me encanta de NYC es que puedo comer lo que quiera en cualquier momento. Comer sola es siempre divertido porque puedo elegir las cosas que a mi familia no le gustan comer. Por ejemplo: mi amor por el Falafel, amigos.
¡Falafel y Gyros dos veces en un viaje! Woohooo, ahora sabes cuáles son las pequeñas cosas que me hacen feliz. También debo añadir que otra cosa que me encanta de NY es que alimenta mi adicción al café. Siempre hay un lugar diferente donde puedo hacer que alguien me prepare una taza de café.
Y, por supuesto, cuando hace frío, mi amada bebida calienta mi alma y me da la energía que necesito para caminar millas cada día.
Esta vez me quedé en el apartamento de un amigo en Harlem. Nunca había estado allí, pero el tren expreso hace que sea súper cómodo para ir a mis reuniones en Midtown.
Aunque durante este viaje no tuve la oportunidad de inscribirme para una divertida clase de entrenamiento, sé que voy a tener el tiempo suficiente en mi próximo viaje. Esta visita a Nueva York estuvo llena de reuniones. Un día, me senté en Le Pain Quotidien durante 7 horas y tuve cinco reuniones, ¡una tras otra! Debí cerrar la cuenta dos veces porque mis camareros seguían cambiando, pero ¿quién soy yo para quejarse cuando el café seguía viniendo, y mis aperitivos estaban bien? ¿Verdad?
No puedo expresar cuánto “ajetreo” se necesita para correr por la ciudad de Nueva York durante cuatro días, quizás es la cafeína, ¡quién sabe! Pero los resultados son siempre geniales y estoy emocionada de compartir algunos de esos logros contigo.
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