Cualquier tarde, me puedes escuchar preguntarle a mis hijos “¿qué tal estuvo el día?” y casi al unísono, escucharás “…bien” a través de la habitación.
Me sigo diciendo a mí misma que ellos están creciendo y que esas respuestas cortas son habituales, pero la verdad es que no estoy obteniendo las respuestas que necesito. Y bueno, tal vez, solo tal vez, no estoy haciendo el tipo de preguntas que generan el tipo de respuestas que busco. Después de todo, son niños y siempre van a responder lo que sea más fácil para ellos.
Por supuesto, a mi pequeño de 4 años siempre le entusiasma responder esa misma pregunta con largas respuestas, primero contando sus aventuras en pre-escolar, luego si algún niño dijo algo malo o incluso si le gustó lo que su madre le empacó para el almuerzo de ese día.
No estoy segura de cuándo sucede esto de que las respuestas largas se vuelven cortas, pero quiero asegurarme de que los canales de comunicación estén siempre abiertos y que mis hijos puedan compartir conmigo sus sentimientos.
Es importante intentar conversar con nuestros hijos durante el tiempo que pasamos con ellos, luego del colegio, en la mesa mientras cenamos, o incluso en el coche. A menudo hablo con mis hijos en el coche, entre actividades, ya que me resulta un lugar ideal para captar su atención por completo.
Me gusta hablar sobre las pequeñas cosas, los detalles de sus vidas: desde sus actividades en el centro de tutoría hasta del nuevo niño que conocieron en los juegos. Este diálogo constante sobre las cosas diarias es justo lo que necesitamos practicar, como padres, para ser capaces de hablar sobre las “grandes cosas”.
Este año, tenemos una adolescente en la casa (otra estudiante de intercambio), y eso significa que sus amigos vendrán a pasar el rato y conversar. Quiero que mi casa sea un lugar donde los amigos de mis hijos se sientan seguros y a gusto, pero también sé que mis hijos más pequeños podrían escuchar sin querer conversaciones sobre temas como el alcohol.
Aunque mis hijos saben que es común el consumo de alcohol entre los adultos -vivimos en New Orleans después de todo- ellos pueden oír historias sobre el tema protagonizadas por jóvenes en edad escolar, apenas unos años mayores que ellos, niños, a los que ven como sus pares.
Trabajar este año con Responsiblity.org y su programa #TalkEarly me ha llamado la atención sobre la importancia de hablar con nuestros hijos, especialmente luego del colegio, cuando estamos sobrecargados y solemos ir de aquí para allá en piloto automático.
Cuando hablo con mis hijos, trato de compartir con ellos una historia de mi infancia con la que puedan relacionar el tema, no importa qué tan difícil sea la conversación. Tuve algunas malas experiencias en el instituto en lo relativo al alcohol, y este es un tema que me importa debatir a tiempo con mis hijos.
Si bien mi hija es muy sociable y siempre quiere estar al tanto de todo, también es muy fácil darse cuenta cuando no está teniendo un buen día debido a algo que le pasó o que escuchó sin querer. Ella es una niña muy analítica y es habitual que se quede pensando una y otra vez en un determinado asunto, a menos que yo saque el tema.
He aprendido a pedirle que me haga esas preguntas interminables, esas que estimulan la conversación, en lugar de aquellas que generan respuestas del tipo “si” o “no”. También intento ser buena escuchando, ser paciente mientras espero que elabore sus respuestas, y amable con ella cuando le contesto. Por supuesto, cada uno de nuestros hijos es diferente y demanda un cierto tipo de conversación.
Como todo lo demás, conversar también es un arte y aún estoy aprendiendo cómo ser mejor a la hora de hablar con mis hijos sobre las cosas de la vida. Lo del alcohol es muy importante y espero poder seguir conversando con los niños sobre el tema a medida que vayan creciendo.
Lo que me encanta de trabajar con Responsibility.org y el programa #TalkEarly es que ellos tienen recursos para los padres con niños de todas las edades, desde los seis hasta la universidad. Es un alivio para mí saber que tengo adonde recurrir ante temas tan desafiantes como este, especialmente sobre algo tan ampliamente aceptado pero de lo que rara vez se habla.
¿Cómo hablas con tus hijos sobre el tema del alcohol?
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En ocasiones, trabajo con compañías geniales que comparten mis valores y tienen un importante mensaje para compartir. El post de hoy fue traído a ti por la campaña #TalkEarly y Responsibility.org. Todas las opiniones son 100% mías. Gracias por apoyar a las marcas que estimulan mi creatividad.
¿Qué piensas?