Así que has tenido un bebe -o dos- y nunca parece ser un buen momento para empezar a hacer ejercicio. Te entiendo perfectamente. Después de dar a luz a cada uno de mis hijos, la falta de sueño se las ingenió para quitarme la motivación de hacer ejercicio.

Después de compartir mi post sobre cómo he logrado incorporar el ejercicio a mi vida después de tener hijos; muchas de mis lectoras me escribieron y me pidieron que retroceda un poco para contar cómo empezar una rutina de ejercicio. Así que hoy voy a compartir algunos tips útiles para ayudarte a empezar, y da igual si tuviste un bebé hace un mes o hace ocho años. ¡No hay problema! Todo es empezar.
Al principio, puede ser un poco difícil saber exactamente por dónde comenzar. Cuando lo planifiques, recuerda que iniciar una rutina de ejercicios cambiará tu vida. Los beneficios de entrenar van desde perder peso hasta mejorar tu salud e incluso dormir mejor y aumentar la confianza en ti misma, todas buenas razones para embarcarte en este nuevo viaje. No permitas que el estrés de empezar te intimide y te haga cambiar de opinión.

Así que empecemos con algunas cosas que debes tener en mente:
EVALÚA TU NIVEL DE ENTRENAMIENTO ACTUAL
Está bien retomar donde habías dejado un año atrás (antes de tener un bebé), en un nivel de intensidad más bajo. De todas formas, si no has hecho ejercicio por más de una década, empezar añadiendo 20 minutos de caminata rápida y enérgica es una gran idea. Después de unas semanas, tu cuerpo se habrá acostumbrado a moverse y podrás revisar otras opciones de ejercicio.
BUSCA CLASES EN GRUPO EN TU GIMNASIO
Cuando necesitas un poco de motivación para ejercitarte, no hay nada como apuntarte a clases de gimnasia grupales. Es fácil sentirse un tanto intimidada por la música, seguir el ritmo de la instructora y ver que la gente en la clase parece que lo único que hace es entrenar. Confía en mí: todos han estado en tu lugar y han pasado por la experiencia del “primer día”.
Te sugiero llegar unos minutos más temprano y presentarte a la instructora. Deja que ella (o él) sepa que es tu primer día y que recién estás empezando. Esto de seguro hará que esté más consciente de repetir las indicaciones y ofrecer variantes de los ejercicios.
El lado positivo es que, si te gustan las clases y asistes de forma regular, la instructora será tu fan #1 y se asegurará de que no faltes. Si te ausentas unos días, será la primera en preguntar “¿dónde has estado?”
Presentarme con la instructora me ayudó a superar el miedo a probar nuevas clases y a estar menos coordinada que los demás. Ahora sé que ellos saben que no soy torpe, por el contrario, están al tanto de que intento seguir la clase.
PONTE OBJETIVOS
Es fácil decir “Quiero perder todo el peso que gané con el embarazo”, pero es mucho más fácil sentir que nunca vas a alcanzar ese objetivo, porque no está bien definido. En vez de eso, yo siempre he dicho que “voy a perder 2 kilos” o que “voy a asistir al gimnasio tres veces por semana”. Fíjate que no dije “quiero” sino que interioricé el objetivo hablando de lo que “voy a hacer”.
HAZTE AMIGA DE ALGUIEN
Mira a tu alrededor. Siempre hay alguien en las clases grupales que está nervioso o que levanta la mano cuando la instructora dice “¿alguien empieza hoy?”. Si tienes 5 minutos libres después de la clase, preséntate a esa persona. Quizás te sorprenda descubrir que comparten objetivos de entrenamiento similares.
Hice esto con una mujer en mi clase de bicicleta de las 5 am (una locura, lo sé) y ahora nos mandamos mensajes para asegurarnos de que la otra está yendo a su clase cada lunes a la madrugada. Cuando una de nosotras no acude, la otra pregunta “¿dónde estabas esta mañana?” o “te extrañé esta mañana” y luego, ofrece encontrarse en otra clase esa misma semana.
No estoy diciendo que necesites encontrar nuevas amigas en el gimnasio, aunque si tus amigas actuales no apoyan tu vida saludable, ¡quizás necesites nuevas amigas! ¡Ja! Lo que digo es que encontrar una compañera para entrenar me ha ayudado enormemente cada vez que decidí empezar una rutina de ejercicios (o cambiar de gimnasio, etc.).
PONLO EN TU AGENDA
Este último tip es el que siento que más me ayuda cuando se trata de eludir la excusa “¡es que no tengo tiempo!”. Porque la verdad es que todos tenemos tiempo para las cosas que valoramos o que sabemos que necesitamos hacer.
¿Tienes una cita con el pediatra de tu hijo? Lo pones en tu agenda. ¿Necesitas comprar comida? Encuentras tiempo para hacerlo. Entonces, ¿por qué no asignar tiempo para ti en tu agenda? Recuerda que tu salud es importante y que tú eres importante, así que empieza a tratarte de esa forma, dándote el tiempo que necesitas para generar endorfinas y comenzar a sentirte bien.
Y si trabajas jornada completa y no tienes tiempo para ir después del trabajo, haz ejercicio por la mañana. Es por esto que yo acudo al gimnasio a las 5 de la mañana tres veces por semana. La realidad es que no me gusta levantarme a las 4:35 de la mañana pero me encanta tener una excusa para irme a la cama a la misma hora que mis hijos. ¡Todo tiene un lado positivo!

¿Tienes algún otro tip para quienes recién están empezando una rutina de ejercicios? ¿Qué funciona para ti?
¿Qué piensas?