El año pasado, mi marido y yo decidimos educar a nuestros hijos en casa. Una de las grandes motivaciones fue tener una agenda familiar flexible que nos permita aprovechar las oportunidades de viajar que me da mi trabajo, y que así nuestros hijos puedan vivir nuevas aventuras. Ajustarse a nuevas rutinas y responsabilidades no fue fácil y hoy quiero compartir contigo algunas de las cosas que aprendí de nuestro primer año educando a los niños en casa.
Mientras nos embarcamos en nuestro segundo año de educación en casa, pienso en las cosas que me gustaría que alguien me hubiera dicho antes de comenzar esta travesía un año atrás. No importa cuántos blogs o libros leí sobre el tema, nada me preparó para compaginar el trabajo a tiempo completo con la supervisión de la educación de mis hijos.
Me di cuenta que no somos como la mayoría de las familias que educan a los niños en casa, en las que el padre o la madre está en el hogar todo el día, pero creo que hay muchas cosas que tenemos en común; solo que nosotros atravesamos el proceso de una forma un poquito diferente.
- Aprender no lleva tanto tiempo como crees.
Los niños son rápidos para aprender si se están divirtiendo, si están siendo estimulados y si aprenden de una forma que encaja con ellos. En casa, sin llevar un esquema establecido, podemos aprender la lección de Matemáticas del día en unos 20 minutos de concentración.
Atrás quedó aquello de completar hojas de cálculo de forma repetitiva para llenar el tiempo y luego más hojas de tarea. Cuando mis niños captan el concepto, avanzamos; si uno de ellos necesita más tiempo, quizás estemos 3 días (agregando 20 minutos cada día) tratando de encontrar diferentes formas de aprender algo. Trabajamos a su ritmo y aún así logramos el objetivo.
- Hay mucho tiempo que llenar.
Es difícil de imaginar lo rápido que pasa el tiempo dedicado a aprender cada lección, así que luego de eso, los niños necesitan tiempo de aprendizaje pasivo con actividades, libros, juegos, manualidades… algo.
Habitualmente, tenemos todo hecho para la hora del almuerzo y eso significa que hay un lapso de tres horas en el que necesitan tener algo que hacer. Ya son grandes para dormir la siesta, y YouTube o la televisión no son la respuesta. Estas 3-4 horas son el momento ideal para explorar sus intereses.
Tener “más tiempo” disponible durante el día significa que mis hijos pueden pasar horas haciendo cosas que les interesan, como artesanías, editar videos, o incluso pasarse horas en el sofá leyendo un buen libro.
Este año, ellos también están aprendiendo español en casa, algo que su escuela anterior no ofrecía y es muy importante para mí.
- No tienes que ver todas las asignaturas todos los días.
Lo mejor de educar a los niños en casa es que podemos crear nuestro propio cronograma. Me gusta armar un plan para la semana y luego ir haciendo cambios para ir a una excursión, o a la piscina los días de calor, o viajar.
Un capítulo entero de Estudios Sociales o Ciencia puede ser aprendido en una hora, seguido de una actividad divertida o un experimento para expandir el conocimiento adquirido ese día. Educar a los niños en casa se trata más de explorar sus intereses mientras aprenden que de seguir un esquema fijo para cada materia.
- Tu lugar de estudio no tiene que lucir como un salón de clases.
Sé que muchas familias que educan a los niños en la casa tienen “habitaciones-escuela” que se parecen a un salón de clases; nosotros no. Tenemos cubículos en nuestra sala familiar con los elementos de estudio de cada uno de los niños y un clóset con materiales para artesanías. Mis hijos estudian en la mesa del comedor y esto parece funcionar bien para ellos ya que es el lugar donde se sienten más a gusto. Una vez a la semana, vamos a una cafetería y trabajamos desde allí.
- En algún punto, todos sentimos que estamos fracasando.
Los primeros dos meses fueron los más difíciles para adaptarse, tanto para los niños como para mí. Tengo que admitir que colapsé un par de veces, y cuando los niños se iban a dormir, lloraba para descargarme junto a mi marido. Puedes sentirte abrumada al pensar en todas las cosas que tus niños necesitan aprender y vas a dudar de tu elección a menudo. Allanar tu propio camino no es fácil y tendrás días complicados, todo el mundo los tiene.
- Lo que funciona para otras familias quizás no funcione para la tuya.
Conozco algunas familias de las que educan a sus hijos en casa que hacen excursiones varias veces a la semana, realizan muchas actividades junto a otras familias que siguen este modo de educación y organizan encuentros regularmente.
Desafortunadamente, tengo que hacer congeniar mi trabajo a tiempo completo con los niños, por lo que una reunión a las 10 am con otros padres no es algo que funcione para mí. He contratado un ayudante para que lleve a mis niños a sus distintas actividades mientras yo trabajo -y eso me funciona.
- Puedes cambiar el plan de estudios, y vas a hacerlo.
Hay cientos de planes de estudios disponibles online para educación en el hogar y elegir uno solo puede ser abrumador. Cuando nosotros comenzamos, compré uno “listo para usar” de un programa muy conocido. Luego de dos semanas, a ninguno de mis hijos les gustaba, así que en vez de apegarnos a ese plan de estudios, busqué resolverlo buscando un estilo de aprendizaje diferente.
Hacia la mitad del año, encontramos un centro en nuestra zona dedicado a la educación en casa y esa fue la mejor solución para mis hijos. Se trata de un sitio que da tutoría a niños que estudian en el hogar; allí aprenden lo fundamental de cada lección y luego en casa ampliamos cada tema. Eso les quita presión a los padres cuando tienen que enseñar una materia de la que, quizás, no tienen todo el conocimiento y, a la vez, los niños reciben la información que necesitan.
Mis hijos mayores van a este centro de tutoría dos veces a la semana, de 9 a 2:30. Hay entre cuatro y seis niños en cada una de sus clases, por lo que el proceso de enseñanza es súper eficiente y focalizado. Y lo más importante es que los niños se la pasan genial y se han hecho de nuevos amigos con los que se llevan súper bien.
- Todos te van a juzgar.
Educar a los niños en casa es como ir a contracorriente de las normas de la sociedad. Más allá de las razones que te llevaron a optar por esto, es importante que desde el comienzo aceptes que no todos entenderán el porqué. Cuando digo que todos te van a juzgar, quiero decir todos. Lo mejor es que dejes de intentar convencerlos, y entiendas y aceptes que mucha gente no está programada para aceptar lo diferente. Quieren hacerlo, pero no pueden. A muchos no se les da fácilmente esto de aceptar los cambios -y está bien.
Incluso tus amigos más cercanos y tu familia no entenderán tu decisión e intentarán convencerte de que llevar a los niños a una escuela tradicional será más fácil -para todos. Prepárate para las incontables preguntas que te harán sobre socialización, calificaciones, exámenes, aprendizaje y más. Ellos solo están tratando de relacionar lo que haces con algo que les resulte conocido.
Si lo que quieres hacer es educar a tus hijos en casa, entonces hazlo. Deja de pedir disculpas por tu elección (y la de tu marido) y mantente firme en tu decisión.
- Lo mejor es ir día a día y semana a semana.
Sería rica si me dieran un dólar por cada vez que me preguntan hasta cuándo tenemos pensado educar a nuestros hijos en casa. La respuesta es siempre la misma: vamos de a un año por vez. Vamos cursando un año escolar por vez y les damos a nuestros hijos la oportunidad de volver a la escuela tradicional si eso es lo que prefieren.
Conozco muchas familias que crean un calendario anual para los estudios y luego lo desglosan en meses, semanas y días. Bueno, yo no soy tan organizada y me abrumo fácilmente con tantos detalles.
Tengo un plan anual para cada grado que está desglosado en capítulos. Planifico cada semana basándome en la anterior, les escribo a los niños todo el plan semanal y ellos son responsables de completarlo a su propio ritmo. Lo bello de esto es que pueden ir adelantados y así tener días libres para actividades divertidas, excursiones o, simplemente, visitar a su abuela.
- La educación en casa me ha permitido disfrutar de mis hijos.
Una de las primeras cosas que noté fue que nuestras tardes ya no eran estresantes ante la prisa de ir de un lado al otro, merendar y hacer otras actividades, entre las 3 y las 8 pm. El año anterior, hacía malabarismos para recoger a los niños de la guardería varias veces por semana, luego correr a casa para hacer la tarea antes de volver a correr para llegar a las clases de natación, arte y demás actividades. Volvíamos a casa tarde, los niños terminaban su tarea antes de cenar. Apenas después, a bañarse y a la cama.
Ahora, las tardes son mucho más relajadas y no corremos porque ya no estamos presionados por tareas y proyectos que hay que hacer en medio de las obligaciones diarias y la cena. Es maravilloso cuánto más disfruto ser madre y estar con mis hijos cuando la tarea no se inmiscuye entre nosotros. Los niños obtienen la mejor versión de mí misma ya que no estoy agobiada o persiguiéndolos para que terminen la tarea; y ellos ya no están tan cansados ni agotados mentalmente al final del día (tampoco yo).
Honestamente, puedo decir que estar con mis hijos es la mejor parte del día. Ya no siento que soy como una madre presente solo después de clases, por las tardes y los fines de semana. Solía sentir que estaba compartiendo la custodia de mis hijos con la escuela, constantemente preocupada por perder un día más debido a los viajes.
Gracias a los emails que me he recibido, me he dado cuenta que mi familia no se parece mucho a la mayoría de las que deciden educar a sus niños en casa. Yo trabajo a tiempo completo, mi esposo recientemente se ha unido a mi empresa y ayudará a manejar la educación de los niños, nuestros hijos asisten al centro de tutoría y realizan diversas actividades durante el día, he contratado a alguien para que me ayude con los traslados de los niños, y nos libramos de las tareas. Lo importante es que somos mucho más felices de esta manera.
Estoy segura que dentro de unos años, mi marido y yo recordaremos estos años como algunos de los mejores de nuestras vidas; y estoy bastante segura de que los niños también lo harán.
¿Qué piensas?